domingo, 10 de abril de 2011

Servicio al cliente

Recuerdo un día que andaba con mi familia de compras, y me puse a comprar unos zapatos, me atendio un muchacho super amable, no me presionaba para que comprara, yo decidí medirme varios pares y el siempre con mucho gusto me los traía y no me hacia mala cara cuando no me gustaba cierto zapato y pedia otro, por que ya me había pasado anteriormente en otra tienda, entonces cuando fui a pagar, llame a su gerente y le dije que el joven era muy bueno y que lo felicitaba por su labor. Muchas veces solo reconocemos lo malo y no lo bueno.

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